ÁLVARO DUQUE GARCÍA (1926-2015).

Eric Hernandez Triana1

1 Médico Internista, Endocrinólogo. Miembro Honorario y Expresidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo.

Precursor de la endocrinología en Norte de Santander

Ya no contaremos más con la presencia del Dr. Álvaro Duque García. Tuve el privilegio de conocer al  Dr. Alvarito en las reuniones de la entonces “Sociedad Colombiana de Endocrinología”, estando inicialmente separados por la distancia geográfica y por más de cuatro generaciones, pues yo vivía en Bogotá y él en Cúcuta.
Recién graduado hizo su medicatura rural, en Ulloa, Valle del Cauca, en una época plagada de violencia. Contaba que se enfrentó entonces a los bandos diciendo que él “no podía participar con uno u otro porque era médico y su deber era con la vida, independientemente del color del trapo que estuviera luciendo el gamonal de turno”.
Hizo su especialización en el Hospital San José de Bogotá, como discípulo del Dr. Antonio Ucrós Cuéllar, graduado 1976 de la Universidad del Rosario. Colaboró con varias de las investigaciones sobre bocio, en Mariquita, en la época donde también asistieron Julio Gómez, Rafael Almanzar y Luis Callejas (qedp). Junto con los doctores Gustavo Sánchez y Antonio Ucrós realizaron un original estudio radiológico de la microangiopatía diabética en el pabellón de la oreja, en 91 pacientes con descripciones detalladas.

Álvaro Duque García (1926 - 2015)

Álvaro Duque García (1926 - 2015)


Viajó a Cúcuta, donde trascurrió la mayor parte de su vida profesional, allí principalmente desarrolló la especialidad, como el primer endocrinólogo de la región, llevando los últimos avances en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades endocrinas, dando a conocer la especialidad entre el gremio médico y la sociedad nortesantandereana. Es así como, participó activamente en la organización de las actividades académicas de la Sociedad de Endocrinología y, en 1980, realizó el primer estudio sobre prevalencia de diabetes mellitus en población rural en el Departamento de Norte de Santander (desafortunadamente no publicado), en la vereda Blonay, corregimiento El Diamante, municipio de Chinácota(1).

1.     García H. La Endocrinología en el Norte de Santander. En: Ucrós A, Her- nandez E., Acosta AS. Historia de la Endocrinología en Colombia, Primera Edición. Colombia: Editado bajo el auspicio de laboratorios Metlen Pharma S.A.; 2000. P. 155 – 156.

1.     García H. La Endocrinología en el Norte de Santander. En: Ucrós A, Hernandez E., Acosta AS. Historia de la Endocrinología en Colombia, Primera Edición. Colombia: Editado bajo el auspicio de laboratorios Metlen Pharma S.A.; 2000. P. 155 – 156.

Historia de la Endocrinología en Colombia

Algunos lo recuerdan en los últimos años como “aquel viejo de cuerpo encorvado y de alma recta”. A pesar de la distancia y una diferencia generacional, nos unía la feliz coincidencia de haber tenido el privilegio de ser discípulos del Dr. Antonio Ucrós Cuéllar, en el hospital San José, de Bogotá, lo que nos hacía afines no sólo en la disciplina de las hormonas y el metabolismo sino también en el humanismo y la consideración al paciente, por encima de otras circunstancias. Esa última característica fue la que con más frecuencia dirigió las intervenciones del Dr. Duque en todas las oportunidades dentro de la arena académica de la Asociación de Endocrinología. Con intervenciones que podrían a veces ser sorprendentes porque no se dejaba fácilmente hipnotizar por los avatares de la ciencia moderna, sino primero resaltaba la necesidad de una conexión directa con el sufrimiento humano.
De su vida personal, debo dar fe de la ternura y entrega a su familia y sus amigos, supe que era minucioso para muchas cosas. Sus dibujos, por ejemplo, son hermosos y detallados. En su consultorio, su biblioteca o su escritorio siempre estuvo el busto de Hipócrates y su frase famosa: «Que la medicina sea tu alimento y que tu alimento sea la medicina». Sus temas favoritos se enmarcaban frecuentemente sobre los estilos de vida saludable.
Desde que lo conocí, no faltó su ingrediente de buen humor y alegría con los que hacia siempre más amable el ambiente. Como dijo su hijo Álvaro E. en su entierro “su jovialidad y su optimismo permanente, en los que sólo cabían lágrimas de alegría¨.
Con esa sensación de amistad que siempre lo caracterizó, siempre entusiasta y bien acompañado por su amor,  la señora Mery de Duque, en esa época en que la Asociación era una familia extendida.
Bonitos ejemplos de ciencia y humanidad. Nos vas a hacer mucha falta mientras el destino inexorable nos vuelva a unir en donde estás ya, en compañía de Antonio Ucrós, Efraín Otero Ruíz, Gustavo Villavona, Mario Sánchez, Vladimir Peña, sólo por mencionar algunos de los más recientes fallecidos.
Ahora en el paraíso debes estar ya, cantando y copleando con tu estribillo favorito:

Este es el amor, amor

el amor que me divierte

cuando estoy de parranda

no me acuerdo de la muerte”.