| Estimación del riesgo cardiovascular por composición
corporal total
 Óscar Medina1, Juan Manuel Sarmiento2, Larry Quinn3, Sonia Merlano4, Fabián Antonio
Dávila5, Andrés Felipe Barragán6, Antonio José Lewis7, Iván René Mogollón, María José Pareja.
 
 1 Médico Internista, Endocrinólogo, Fundación Clínica Shaio, Bogotá, Colombia.
2 Médico del deporte, Fundación Clínica Shaio, Bogotá, Colombia.
 3 Residente de medicina del deporte, Universidad del Bosque,
        Bogotá, Colombia.
 4 Médica Nuclear, Fundación Clínica Shaio, Bogotá, Colombia.
 5 Bioestadístico, Fundación Clínica Shaio, Bogotá, Colombia.
 6 Médico general, Universidad de la Sabana, Bogotá, Colombia.
 7 Médico general, Universidad de la Sabana, Bogotá, Colombia.
 8 Médico general, Universidad de la Sabana, Bogotá, Colombia.
 Autor de correspondencia: Oscar Leonardo Medina Espitia Correo: oscar.medina@shaio.org
 Fecha de recepción: 31/10/2016
 Fecha de aceptación: 19/12/2016
 
 Resumen Introducción: La obesidad y la adiposidad están relacionadas con el aumento del riesgo cardiovascular. El índice de masa corporal (IMC)  y el perímetro abdominal son las variables antropométricas más utilizadas para evaluar su magnitud. El presente estudio busca establecer la relación  entre  desenlaces cardiometabólicos y la adiposidad medida  con Absorciometría Dual por rayos X (DXA),  así como el rendimiento  diagnóstico de la misma contra la medición de las variables 
        antropométricas convencionales. Materiales y métodos: Se realizó  un estudio observacional de corte transversal;  se calcularon las variables antropométricas y de composición corporal para 60 pacientes en programa de rehabilitación cardiaca fase II.
 Resultados: Existió mayor prevalencia  de obesidad por IMC y  adiposidad en mujeres  que en  hombres (p=0,01  y 0,048). La curva ROC encontró que el rendimiento del perímetro abdominal es solo 65% y el del IMC del 65,6% para el diagnóstico de adiposidad.  Se encontraron  relaciones  significativas entre porcentaje  de masa grasa elevado y la enfermedad coronaria (OR: 1,9 p=
      0,042); el IMC aumentado  con la hipertensión  arterial (OR: 3,0 p= 0,0334)  y el LDL > 70 mg/dl (OR: 0,4 p= 0,0178); el perímetro abdominal aumentado con la falla cardiaca (OR: 0,58 p=0,0382); la TMB baja con la hipertensión arterial (OR: 1,70 p= 0,046) y finalmente el IIRME disminuido con el LDL > 70 mg/dl y la falla cardiaca (OR: 0,4 p= 0,0178 y OR 1,96 p=0,078,  respectivamente).
 Conclusiones: La suma de la medición de las variables antropométricas y de composición corporal por DXA ofrece información  valiosa para el estudio y estimación del riesgo  cardiovascular y metabólico  de los pacientes.
 Palabras clave: Obesidad; DEXA Scans; Enfermedad  Coronaria; Composición Corporal; Índice  de Masa Corporal; Adiposidad.
 Abstract Introduction: Obesity and adiposity are associated with  increased cardiovascular risk. The body mass index (BMI) and waist circumference are the most anthropometric variables used to assess  their magnitude. This study aims to establish the  relationship between adiposity and cardiometabolic  outcomes measured by Dual X-ray Absorptiometry (DXA) as well as the diagnostic performance of the latter against the measurement of the  conventional  anthropometric variables.
 Materials  and methods: An observational  cross-sectional study was conducted; anthropometric  and body composition variables  for  60 patients in cardiac rehabilitation program phase  II were calculated.
 Results: There was a higher prevalence  of obesity by BMI  and adiposity in women than in men (p = 0.01 and 0.048). The ROC curve found that the performance is only 65% for waist circumference and 65.6% for BMI for the diagnosis of adiposity.  Significant correlations  between  high percentage of fat mass and coronary heart disease  (OR: 1.9 p = 0.042) were found; as well as for increased BMI with hypertension  (OR: 3.0 p = 0.0334) and LDL> 70mg/dl (OR: 0.4 p = 0.0178); increased waist  circumference with heart failure (OR: 0.58 p = 0.0382); low basal  metabolic rate (BMR) with hypertension  (OR: 1.70 p = 0.046) and finally the decreased fat free mass index (FFMI) with LDL>70mg/dl and heart failure  (OR: 0.4 p = 0.0178 and OR: 1.96 p = 0.078 respectively).
 Conclusions: The addition  of body composition variables by DXA and anthropometric  variables, provides valuable information for the study and estimation of cardiovascular  and metabolic risk.
 Key Words: Obesity; DEXA Scans; Coronary Disease; BodyComposition; Body Mass Index; Adiposity.
 Introducción La incidencia de obesidad se ha duplicado en las últimas tres décadas(1). El índice de masa corporal (IMC) ha sido la medición más utilizada tradicionalmente, definiendo  como obesos a los individuos  con valores >30 kg/m2. Esta misma es la que se  ha utilizado para la estimación de la prevalencia  global y para valorar el impacto de esta enfermedad  en los desenlaces metabólicos y cardiovasculares.  Sin embargo, se trata de una herramienta  que utiliza la relación  de peso/talla, sin tener en  cuenta los componentes corporales,  limitando su utilidad como indicador  de adiposidad(2–4); por lo cual, en la última década se ha venido utilizando la medición de variables  como la masa magra como marcador de sarcopenia(5) y la masa grasa, mediante técnicas  como Absorciometría Dual por rayos X (DXA)(6–8), la cual realiza una cuantificación precisa, siendo una  alternativa atractiva al cálculo del IMC.
 El  objetivo del presente estudio fue  identificar la relación entre las variables antropométricas (IMC y perímetro abdominal) y de composición corporal (porcentaje de masa grasa y magra), con los desenlaces cardiovasculares en pacientes de rehabilitación cardiaca fase II.  Materiales y métodos Se realizó un estudio observacional de corte transversal; se extrajeron los registros del programa de seguimiento y control de pacientes en rehabilitación cardiaca fase II. Se  describieron las características  generales y se exploraron diferencias entre las variables determinantes de la composición corporal, de riesgo y desenlaces cardiovasculares. Las variables cuantitativas se dicotomizaron según los puntos de corte de riesgo, definidos en la literatura como normales y anormales, así, los riesgos se definieron en IMC > 30 kg/m2, perímetro abdominal > 90 cm, LDL >70 mg/dl, colesterol total >200 mg/dl, triglicéridos >150 mg/dl, glucemia >125  mg/dl, HDL <40 mg/dl en mujeres y <50 mg/dl en hombres. Porcentaje de masa grasa >30% para hombres y >35% para mujeres,   porcentaje  de   masa  magra  <60%   en  hombres   y<40% en mujeres, relación androide/ginecoide >1 en hombres  y >0,8 en mujeres;  tasa metabólica  basal (TMB) <1,200 kcal/día (sedentario), índice relativo de  músculo esquelético (IRME) <7,26 en hombres y <5,46 en mujeres, mediante la  utilización de radiodensitómetro óseo lunar iDXA con software Encore(4,5,9–11). Las variables cualitativas fueron descritas  con frecuencias absolutas y relativas, las cuantitativas con medias e intervalos de confianza del 95% o medianas y rangos intercuartílicos (dependiendo de la distribución);  las diferencias entre variables categóricas se exploraron por tablas de contingencia y Chi  cuadrado; entre variables  categóricas y numéricas se exploraron  por U Mann Whitney. Todos los contrastes asumieron un µ  (nivel de significancia) inferior al 0,05.
 Resultados Se revisaron 60 registros de pacientes del programa de rehabilitación cardiaca, el 41,1% de los casos fueron mujeres, la mediana de edad fue de 66 años, sin diferencias  significativas por sexo  (p = 0,583) (figura 1).
 La mayoría de los pacientes fueron hipertensos  (69,5%), tenían antecedente de enfermedad  coronaria (90%) y de angioplastia (58,3%), perímetro  abdominal >90 cm (59,6%), porcentaje de masa grasa elevado (72,9%)  y porcentaje de masa magra normal (96,6%);  todos tenían una relación  androide/ginecoide elevada.  Se apreciaron diferencias significativas por sexo para las variables: IMC, colesterol total, HDL, LDL,  triglicéridos, TMB y porcentaje de masa grasa (tabla  1). Adicionalmente, existió mayor prevalencia de obesidad  por IMC y porcentaje de masa grasa en mujeres que  en hombres, con significancia estadística en el último parámetro.
 
        
        | Figura 1. Pirámide poblacional (edad y género) |  
          |  |  
    
   
        
        | Figura 2. Relación entre enfermedad coronaria y porcentaje de masa grasa elevado |  
          |  |  
    
   La mayoría de los pacientes que presentaron enfermedad  coronaria tuvieron porcentaje  de masa grasa elevado (75,9%)  (p=0,84) (tabla 2 y figura 2). Se encontró  relación entre el porcentaje de masa grasa aumentado con perímetro abdominal  e IMC aumentados  (p=
0,039 y 0,028 respectivamente), el resto de asociaciones no fueron estadísticamente significativas (tabla 3).
 Se exploró en curva ROC la relación entre  las variables de la composición corporal, encontrando un área bajo la curva (rendimiento diagnóstico) moderada para el perímetro abdominal (AUC: 65%) y el IMC (AUC: 65,6%) (p valor de 0,942; 
        0,082  y 0,070 respectivamente)  (figura 3).
 En la exploración de Odds Ratios, se encontraron relaciones significativas entre porcentaje de masa grasa elevado y la enfermedad coronaria (OR: 1,9 p = 0,042); el IMC aumentado con la hipertensión arterial (OR: 3,0 p = 0,0334) y el LDL > 70 mg/dl  (OR: 0,4  p = 0,0178); el perímetro abdominal  aumentado con  la falla  cardiaca (OR:  0,58 p = 0,0382); la TMB baja  con la hipertensión arterial (OR: 1,70 p= 0,046) y, finalmente,  el IIRME disminuido  con el LDL >  70  mg/dl y la falla cardiaca  (OR: 0,4 p= 0,0178 y OR: 1,96 p=0,078 respectivamente).
 
        
        | Tabla 1. Características generales |  
          |  |  
    
   
        
        | Tabla 2. Relación entre enfermedad coronaria y porcentaje de masa grasa elevado |  
          | 
 Chi cuadrado  de Person (valor de p)= 0,84 |  
    
   
        
        | Tabla 3. Asociación porcentaje de masa grasa vs. perímetro abdominal, IMC, tasa metabólica, índice relativo de músculo esquelético |  
          | 
 *Recuentos inferiores a 5 individuos en una de las casillas, los resultados de Chicuadrado          pueden no ser válidos. |  
    
   
        
        | Figura 3. Curva ROC: IMC vs. Perímetro abdominal para diagnóstico de adiposidad (porcentaje de masa grasa aumentado) |  
          |  |  
    
   
        
        | Tabla 4. Odds Ratio comparados de las variables de composición corporal |  
          | 
 IMC: Índice de masa corporal, TMB: Tasa metabólica basal,  IRMM: Índice relativo de  masa muscular. |  
    
   Discusión La adiposidad (porcentaje  de masa grasa aumentado) se correlaciona con  disregulación cardiometabólica y aumento del riesgo cardiovascular(12–14).
 En nuestro estudio, el IMC se encontró aumentado  solo en el 
        25,4% de los pacientes, la adiposidad se presentó en una cantidad mayor (72,9%), lo que concuerda con los hallazgos de otros autores en donde se evidencia que el IMC subestima el diagnóstico  de obesidad, principalmente en hombres y en ancianos, lo que  podría explicarse porque éstos fueron realizados en población anglosajona (blanca)(3)   Pasco et al. encontraron que el 29,5% de  los pacientes masculinos y el 24,7% de los femeninos  eran obesos  mediante porcentaje de masa grasa, mientras que solo el  19,7% y el 28,2%,  respectivamente, fueron obesos de acuerdo con el IMC. La inhabilidad de distinguir las contribuciones  a la  masa corporal de los distintos componentes de la composición  corporal es probablemente la razón por la cual la medición  de la adiposidad se puede ver falseada en el IMC(3,15).
 Adicionalmente, la obesidad  fue más prevalente en mujeres que en hombres y se observaron hallazgos similares para  los porcentajes de grasa corporal medidos  por DXA, ambos con significancia estadística. Otros estudios ya habían  demostrado resultados similares(16–18) y la teoría más aceptada  es el cambio hormonal que sucede  en las mujeres posmenopáusicas, condicionando fenómenos que favorecen la pérdida de  masa magra y la acumulación de tejido adiposo  de manera más acelerada  que en los hombres(19).
 El porcentaje de masa grasa aumentado se correlacionó positivamente de forma significativa con el IMC y el perímetro  abdominal >90 cm; esto corrobora la eficacia  de la medición del porcentaje de grasa corporal por DXA. En la mayoría de  pacientes con síndrome metabólico, las variables  IMC y perímetro abdominal se encuentran por encima  de los límites normales, principalmente por la grasa visceral,  contribuyendo al incremento del riesgo cardiovascular; sin embargo, existen casos en los cuales alguno de los  componentes es normal mientras otros están elevados (ej.:  IMC normal y perímetro abdominal y porcentaje de grasa elevados), por lo cual la combinación de todos permite una  examen más completo.
 A la exploración  de la curva ROC, se encontró que el rendimiento del perímetro abdominal es solo 65% y el del IMC del 65,6% para el diagnóstico de adiposidad. La superioridad  de las mediciones del DXA para el diagnóstico de adiposidad se debe al hecho claramente establecido de que las mujeres tienen mayor cantidad de tejido adiposo (masa grasa), menos  cantidad de músculo (masa magra) y una cantidad  mayor de grasa en el tronco inferior y en la zona pélvica(20), mientras que  los hombres son capaces  de almacenar mayor cantidad de grasa visceral y hepática(21); por lo anterior, el perímetro abdominal y el IMC pueden variar ampliamente entre géneros  aun cuando el porcentaje de masa grasa es el mismo(22) y viceversa.
 Uno de los hallazgos  más importantes del estudio es el  hecho de que el porcentaje de masa grasa mostró  mayor riesgo que el IMC y el perímetro abdominal  para enfermedad coronaria  (OR: 1,9 p =  0,042). Estos hallazgos ya  se habían demostrado en poblaciones europeas  en el estudio de Lang et al.(23), evidenciando que el porcentaje de masa grasa y magra son  factores independientes determinantes de la salud,  además de demostrar que el IMC predice desenlaces cardiovasculares desfavorables,  pero solo con los valores más altos (sobrepeso  y obesidad). Estos hallazgos  son de particular interés, ya  que en la práctica  clínica existen pacientes con valores de IMC  normales en los cuales la prevalencia de comorbilidades  cardiovasculares y metabólicas, así como el riesgo de enfermedad coronaria, está lejos de ser despreciable(23–25). Se encontró una  relación  estadísticamente significativa  entre el IMC aumentado y la hipertensión arterial (OR 3,0 p=0,033), asociación que ya se había demostrado en el estudio  multicéntrico INTERSALT, resultado  de la interacción entre varios factores neurohormonales y de respuesta adrenérgica(26).
 Otros resultados fueron que la TMB disminuida se encuentra relacionada con la hipertensión  arterial de forma significativa (OR: 1,70 p= 0,046), concordante con otros  estudios en los cuales  los pacientes con mayor cantidad de masa muscular y TMB pueden asociarse a valores más bajos de tensión arterial(27)   y que la variable  IRME disminuida se relacionó  con el aumento de las concentraciones séricas de LDL. En nuestro estudio, a pesar de que casi todos los pacientes tenían el porcentaje de masa magra normal (96,6%),  el 93,2% de ellos presentaron la TMB disminuida, demostrando que a pesar de tener una  cantidad adecuada de músculo esquelético, cursaban con un metabolismo basal bajo como resultado del desacondicionamiento, esta asociación se encuentra frecuentemente en la  práctica clínica(9)  y puede estar explicada por la disminución en la capacidad del músculo de realizar  un transporte de glucosa  y síntesis de glucógeno efectivo, secundario tanto al desacondicionamiento como a la disminución de la masa magra total, promoviendo  la estimulación de lipogénesis hepática de novo y contribuyendo al desarrollo de dislipidemia  e hígado  graso(28). Liu et al(29)   demostraron en una población China que  aun cuando la ocurrencia del fenómeno de la resistencia a la  insulina se debe al aumento de tejido  adiposo, los cambios en el metabolismo del músculo esquelético y la cantidad  de masa magra también juegan un papel crucial.
 El IRME disminuido  se relacionó con la falla cardiaca (OR 
      1,96 p=0,078), hallazgo coherente con estudios  importantes como el de Narumi et  al(30), en el que se estableció que la presencia de sarcopenia se asocia a pronósticos desfavorables  en la falla cardiaca y  los valores más  bajos de IRME se encontraron relacionados  con peores clases funcionales por escala de NYHA y mayor cantidad de eventos cardiacos  por análisis univariados de Cox.
 Una limitante de nuestro estudio es el hecho de que se realizó en enfermos del  programa de rehabilitación cardiaca  en prevención  secundaria. Se deben realizar  estudios prospectivos con población sana para determinar  la asociación de riesgo  entre los parámetros de composición  corporal con enfermedad  cardiovascular en nuestra población.  Conclusiones El presente estudio demostró una asociación clara entre la adiposidad y la enfermedad coronaria, superior  a la del IMC y el perímetro abdominal  aumentado.
 La suma de la medición de las variables antropométricas y 
        de composición corporal por DXA ofrece información  valiosa para el estudio y estimación del riesgo cardiovascular y metabólico de los pacientes.
 La combinación de la medición  de los parámetros antropométricos (perímetro abdominal e IMC) y de composición corporal (porcentaje de masa magra y grasa) es efectiva, dando la posibilidad de juzgar si el déficit o exceso  de masa corporal es debido a una alteración  en el  porcentaje de masa grasa, masa magra  o ambos.
 Se requieren estudios  de costoefectividad para recomendar  la realización de DXA a todos los pacientes en prevención  primaria o secundaria  para la estimación  del riesgo cardiovascular.
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