El
trabajo en equipo nace como una necesidad de tener
relaciones con otras personas y de establecer una complementariedad
para lograr retos que no se alcanzarían
individualmente. Se origina también de la idea de agilizar y
mejorar algunas condiciones que obstaculizan el desarrollo
de tareas diarias y la consecución de objetivos en las organizaciones.
Cuando se trabaja en equipo, se aúnan las aptitudes
de los miembros, se potencian sus esfuerzos, disminuye el
tiempo invertido en las labores y aumenta la eficacia de los
resultados (1, 2).
Un grupo de personas se transforma en equipo en la medida en que
alcanza cohesión. Para ello se deben crear lazos
de afinidad interpersonal, fijar una serie de normas que dirijan el
comportamiento de todos los miembros en la que la figura de un líder es
fundamental, promover una buena comunicación entre el conjunto de
integrantes, trabajar por el
logro de los objetivos comunes y establecer relaciones positivas. La
cohesión de un equipo de trabajo se expresa a través del compañerismo y
el sentido de pertenencia al grupo
que manifiestan sus integrantes. Cuanta más cohesión exista,
mejor trabajarán sus miembros y más productivos serán los
resultados de sus acciones.
Shakespeare dijo: “El mundo es un escenario, los hombres
y mujeres son simplemente actores”. Si se utiliza la misma metáfora,
puede decirse que los miembros de un equipo de trabajo son actores,
cada uno desempeña un papel particular. Muchos autores denominan
indistintamente
papel, perfil o rol
a
la forma en que actúan los integrantes de un equipo. En todos
los casos se refieren a un conjunto de patrones esperados de
comportamiento, propios de alguien que ocupa una posición
determinada en una unidad social. La comprensión del comportamiento de
cada miembro de un equipo se simplifica de
forma impresionante si cada uno escoge un papel y lo asume
con regularidad y consistencia (2, 3).
Los grupos de trabajo deben encontrar respuestas a las siguientes
preguntas: ¿para qué estamos aquí?, ¿cómo debemos
organizarnos?, ¿quién está a cargo?, ¿quién cuida de nuestro
éxito?, ¿cómo debemos trabajar los problemas?, ¿cómo debemos
relacionarnos con otros grupos?, ¿qué beneficios produce el grupo a
cada uno de sus miembros de acuerdo con sus necesidades?
La formación y desarrollo de un grupo de trabajo constituyen un proceso
dinámico. Ellos siempre se encuentran en cambio; no obstante, un grupo
debe transitar por una secuencia de
procesos para consolidarse como equipo: formación, formación de
subgrupos, conflictos y confrontación, diferenciación,
realización y responsabilidad compartida.
Con un grupo como el de la Asociación Colombiana de Endocrinología,
Diabetes y Metabolismo (ACE), el reto de lograr
que se integre y trabaje como equipo es difícil, según lo expuso
Henry Ford cuando se empezaron a usar estos conceptos en el
campo de la industria automovilística: “Formar un equipo es
el principio, mantenerlo unido es progresar, trabajar unidos es
triunfar”. Porque una cosa es decir “tenemos un equipo” y otra
muy distinta es trabajar como tal y mantener esa actitud (3-5).
La ACE se ha caracterizado desde 1950 por llevar el conocimiento de la
endocrinología a cada región del país. De este
modo ahora queremos emprender la labor de trabajar como
un gran equipo, de una manera diferente y organizada, a través de
diferentes comités temáticos, los cuales se enuncian a
continuación:
- Diabetes mellitus y
enfermedad metabólica asociada
- Obesidad y nutrición
- Patología ósea metabólica
- Patología tiroidea
- Patología endocrina ambiental
- Patología hipofisaria
- Incongruencia de género
- Dislipidemia e hipertensión arterial
- Endocrinología pediátrica
- Endocrinología ginecológica
- Tumores neuroendocrinos
- Innovación, tecnología y desarrollo en endocrinología
- Política pública y ACE Digital
Con la formación de los anteriores comités temáticos queremos realizar
guías, consensos y proyectos editoriales, y participar en políticas
públicas de salud, entre otras actividades.
Lo anterior implica un mayor compromiso de todos los miembros de la
ACE: dejar a un lado los protagonismos y egos, que como todos los seres
humanos tenemos, entregando al máximo nuestra capacidad científica y
humana en favor de la investigación y el bienestar de nuestros
pacientes.
Henry Tovar
Médico Cirujano, USCO, Neiva
Especialista en Medicina Interna,
Endocrinología
FUCS, Hospital de San José, Bogotá D.
C.
Miembro, Endocrine Society
Presidente, Asociación Colombiana de
Endocrinología, Diabetes y Metabolismo
Referencias
1. Cristina Torrelles*, Jordi Coiduras*, Sofía Isus*, F.
Competencia de trabajo en equipo: Definición y categorización.
Profesorado. 2011;15(3):329-44.
2. Gómez Mujica A, Acosta Rodríguez H. Acerca del trabajo en grupos
o equipos. ACIMED. 2003;11(6).
3. Tamayo MI. Trabajo en equipo: relevancia e interdependencia de
la educación interprofesional. Facultad de Medicina Universidad de
Chile. Rev Saúde Pública.
2017;51(39):1-10.
4. Koeslag-Kreunen M, Van den Bossche P, Hoven M, et al. When
Leadership Powers Team Learning: A Meta-Analysis. Small Group Res.
2018;49(4):475-513.
5. Frich JC, Brewster AL, Cherlin EJ, et al. Leadership development
programs for physicians: a systematic review. J Gen Intern Med.
2015;30(5):656-74.