Resumen
Objetivo: comparar la eficacia
terapéutica de dos fármacos
inhibidores selectivos de la 5-fosfodiesterasa en combinación
con ginkgo biloba para el tratamiento de la disfunción eréctil,
en hombres con enfermedades crónicas concomitantes.
Material y métodos: ensayo
clínico controlado, enmascarado y aleatorizado; realizado entre 2013 y
diciembre de
2016. Se incluyeron hombres mayores de 45 años con disfunción eréctil
no psicógena en tratamiento por enfermedades
crónicas. Las variables de interés primario fueron: puntaje
del índice internacional de la función eréctil, frecuencia coital
mensual, tiempo de respuesta del fármaco, porcentaje de satisfacción de
la mejoría de la disfunción y efectos adversos. Las
variables cuantitativas se presentan como variables continuas
mediante medidas de tendencia central y dispersión.
Resultados: 22 hombres fueron
tratados con tadalafilo
más ginkgo biloba (grupo A) y 23 con vardenafilo más ginkgo
biloba (grupo B); edad promedio 57,6 ± 8,4 años y 58,2 ± 7,8
para cada grupo, respectivamente. El puntaje del índice internacional
de la función eréctil inicial fue de 9,63 ± 1,26 (grupo
A) y 10,35 ± 1,59 (grupo B); al final del estudio fue de 21,78 ±
0,9 (grupo A) y 18,57 ± 0,3 (grupo B), p <0,015. Finalmente,
el grupo A incrementó la actividad sexual de 2 encuentros sexuales al
mes a 9, mientras el grupo B pasó de 2 a 6, p <0,021.
Conclusiones: la combinación
tadalafilo más
ginkgo biloba
tiene una satisfactoria eficacia terapéutica sobre la mejora en
la puntuación del índice internacional de la función eréctil,
que
favorece la frecuencia coital mensual, con tiempo de inicio de
acción y menores efectos adversos.
Palabras clave: eficacia; disfunción eréctil; enfermedad
crónica; hombres; terapéutica.
Palabras clave: eficacia;
disfunción eréctil; enfermedad
crónica; hombres; terapéutica..
Abstract
Objective: To
compare the therapeutic efficacy of two selective inhibitors of
5-phosphodiesterase in combination with
ginkgo biloba for the treatment of erectile dysfunction in men
with chronic concomitant diseases.
Material
and methods: Controlled,
masked and randomized clinical trial; made between july 2013 and
december
2016. Men older than 45 years with non-psychogenic erectile
dysfunction in treatment for chronic diseases were included.
The variables of primary interest were: international index of
erectile function score, monthly coital frequency, time of drug
response, percentage of satisfaction of the improvement of the
dysfunction and adverse effects. Quantitative variables are presented
as continuous variables through measures of central tendency and
dispersion.
Results: 22 men were treated with tadalafil plus
ginkgo biloba (group A) and 23 with vardenafil plus ginkgo biloba
(group
B); mean age 57.6 ± 8.4 years and 58.2 ± 7.8 for each group,
respectively. The score of the initial international index of erectile
function was 9.63 ± 1.26 (group A) and 10.35 ± 1.59 (group B);
at the end of the study it was 21.78 ± 0.9 (group A), and 18.57
± 0.3 (group B), p <0.015. At the end of the study, group A
increased sexual activity from 2 sexual encounters per month to 9,
while group B increased from 2 to 6, p <0.021. Conclusions: The combination tadalafil plus ginkgo
biloba
has a satisfactory therapeutic efficacy on the improvement in
the international index of erectile function score, favoring the
monthly coital frequency, with time of onset of action and less
adverse effects.
Key
words: efficacy; erectile dysfunction; chronic disease;
men; therapeutics.
Introducción
La disfunción eréctil (DE) se define como la incapacidad
persistente para alcanzar y mantener una erección adecuada
a fin de llevar a cabo una relación sexual satisfactoria(1). Se estima
que la disfunción eréctil afecta al 52% de los hombres
entre 40 a 70 años (clasificados de la siguiente manera: 17,2%
leve, 25,2% moderada y 9,6% severa), porcentaje que aumenta
proporcionalmente con el incremento de la edad y que pasa
del 39% a los 40 años al 67% a los 70 años(2, 3).
La DE se ha reconocido como la primera manifestación clínica y marcador
de disfunción endotelial e incluso de enfermedad
cardiovascular(4). Las causas más frecuentes involucradas en su
etiología son las psicógenas (psicopatías, mala relación de pareja,
problemas laborales o sociales, desconocimiento sexual, falsas
creencias, malas experiencias sexuales previas, entre otras),
enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo (tabaquismo,
hipercolesterolemia, obesidad, entre otros), diabetes,
enfermedades prostáticas, depresión, así como muchos de los
tratamientos médicos y quirúrgicos que se aplican para
resolverlas(5-8). En relación con las enfermedades crónicas más
frecuentes, el 15% de los hombres en tratamiento de hipertensión
arterial tiene disfunción eréctil, mientras que la prevalencia en
hombres diabéticos oscila entre 40% y 50% y en los hombres
con dislipidemia la cifra es del 26%(2, 9, 10).
En la evaluación de la DE se utilizan múltiples cuestionarios,
siendo más usada la versión reducida del índice internacional
de la función eréctil (
International
Index of Erectile Funtion
[IIEF-5]); un cuestionario validado que consta de cinco preguntas que
evalúan cinco aspectos de la función sexual en hombres
en los últimos 6 meses, con cinco respuestas posibles por pregunta y
con puntajes del 0 al 5. Se considera la presencia de la
DE cuando la puntuación es ≤21 (este punto de corte le permite
al cuestionario un 98% de sensibilidad y 88% de especificidad
para diagnóstico de DE). Se clasifica en cinco categorías: severa
(puntuación 5-7), moderada (8-11), media a moderada (12-16),
media (17-21), ausencia de DE (22-25)(1, 11).
El objetivo principal en el tratamiento de la disfunción
eréctil consiste en detectar la etiología y manejarla, siempre
que sea posible, sin enfocarse únicamente en el síntoma. Los
factores modificables deben ser abordados antes de utilizar
tratamientos farmacológicos o invasivos. El propósito de la estrategia
terapéutica dependerá del costo, invasividad y seguridad de la misma,
así como de las preferencias del paciente(12).
En el arsenal terapéutico farmacológico de la DE, los inhibidores de la
5-fosfodiesteresa (IPDE-5) (sildenafilo, tadalafilo
y vardenafilo) son la primera elección, los cuales refuerzan el
efecto del óxido nítrico (ON) e inhiben la fosfodiesterasa del
tipo 5 (PDE-5), responsable de incrementar el GMPc en el
músculo liso del cuerpo cavernoso; potencian las propiedades
vasodilatadoras del ON y producen una vasodilatación prolongada, ya que
impiden la hidrólisis en el GMPc, lo que mantiene
su efecto en el músculo liso(13-16).
El extracto de ginkgo biloba es un fitofármaco cuyos principales
componentes son los flavonoides (ginkgetina, kaempferol, bilobetina,
entre otros) y los terpenoides (bilobálidos
y ginkgólidos A, B, C y J). Los ginkgólidos son antagonistas del
receptor del factor activador de plaquetas (PAF), que ejercen
un efecto inhibidor de la agregación plaquetaria. Los flavonoides
parecen poseer una función neutralizadora de los radicales libres que
favorecen la protección contra los cambios
hipóxicos, así como propiedades neuroprotectoras(17-19). Se le
han demostrado efectos positivos en el desempeño sexual de
personas con patología vasoconstrictiva, dado que influye en
los sistemas de óxido nítrico, esto facilita el flujo sanguíneo al
generar relajación en el tejido muscular liso, reconociéndosele
la factibilidad de que tenga un efecto terapéutico en la disfunción
eréctil(20, 21).
Los trastornos en la erección son una queja frecuente en
hombres con enfermedades crónicas; sin embargo, los IPDE5 se han
constituido en la primera opción terapéutica(5, 8, 13-15).
Con base en lo anterior se decidió realizar un estudio en nuestra
unidad de sexología para comparar la eficacia terapéutica
de dos fármacos (tadalafilo y vardenafilo) en combinación con
ginkgo biloba, debido a sus bondades vasodilatadoras dado el
influjo en los sistemas de óxido nítrico para el tratamiento de
la disfunción eréctil no psicógena en hombres con enfermedades crónicas
concomitantes (disfunción eréctil vasculogénica)
para observar su respuesta a los medicamentos, así como la
posible aparición de efectos adversos.
Materiales y métodos
Se realizó un ensayo clínico controlado, enmascarado y
aleatorizado, en 56 pacientes de la Clínica Sexológica, en la consulta
del autor, entre el 01 de julio de 2013 y el 31 de diciembre
de 2016. Participaron hombres diagnosticados con disfunción
eréctil moderada o severa de acuerdo con el puntaje del IIEF-5.
Tamaño de la muestra
No se llevó a cabo un cálculo del tamaño de muestra, sino
un muestreo no probabilístico por conveniencia, a partir del
universo de pacientes atendidos en la institución participante
durante el tiempo del estudio. La selección se hizo mediante
una muestra aleatoria simple por medio de una tabla de números
aleatorios.
En el estudio se incluyeron hombres mayores de 45 años con
disfunción eréctil no psicógena (vasculogénica) y diagnóstico de
hipertensión arterial sistémica de acuerdo con los criterios de
JNC 8, con diabetes
mellitus
tipo 2, dislipidemia e hipotiroidismo
como factores de riesgo de disfunción eréctil vasculogénica(22). Se
excluyeron a los hombres que presentaron enfermedad coronaria previa,
los no controlados con bloqueantes del receptor de la
angiotensina (BRA), antecedente de cirugía prostática, trastornos
degenerativos hereditarios de retina o retinitis pigmentaria,
contraindicación para la medicación del estudio y los que no se
interesaron en participar en la investigación.
Los hombres se incluyeron después de aceptar, entender y firmar el consentimiento informado, así como su pareja. Una
vez reclutado cada hombre, una enfermera profesional abría
de forma consecutiva un sobre opaco con el grupo de estudio
y luego le entregaba al paciente el sobre con las tabletas. Los
fármacos se prepararon de igual forma, ambos sin características que
permitieran evidenciar el medicamento usado. Los
hombres fueron tratados con ARA II para la hipertensión, levotiroxina
para el hipotiroidismo, metformina para la diabetes
y rosuvastatina para la dislipidemia, administradas en dosis
única diaria. Los otros medicamentos administrados para el
tratamiento de las enfermedades concomitantes fueron ácido
acetilsalicílico, furosemida, omeprazol o acetaminofén.
Variables medidas
Sociodemográficas (edad, raza, escolaridad, estrato socioeconómico,
estado civil, ocupación, afiliación al sistema general
de seguridad social en salud, convivencia, condición espiritual
o religiosa, área de residencia); variables de comportamiento
sexual (orientación sexual, edad de la primera relación sexual,
número de parejas sexuales, tiempo de convivencia en pareja, pareja con
disfunción sexual e infidelidad); sedentarismo,
tabaquismo e ingesta de alcohol. Se indagaron, además, las
preguntas de los dominios de la encuesta IIFE-5. Se incluyeron dentro
de las variables que se tomaron de cada paciente
los datos de peso, talla, índice de masa corporal (IMC), presión
sistólica, diastólica y frecuencia cardíaca. Los resultados de
laboratorios fueron glucemia, HbA1C, colesterol total, triglicéridos,
antígeno prostático específico (PSA), TSH, proteína C
reactiva ultrasensible (PCR-us) y testosterona total (previos,
durante los controles y al final del estudio) y esquemas farmacológicos
instaurados.
Las variables de interés primario fueron puntaje del IIFE-5,
comportamiento sexual (frecuencia coital mensual), tiempo de
respuesta del IPDE-5 (tiempo de inicio de acción), porcentaje
de satisfacción de la mejoría de la disfunción y efectos adversos.
Intervención
A los participantes se les suministró la posología durante los
36 meses del estudio. Se aleatorizaron dos grupos: A (tadalafilo
20 mg más ginkgo biloba 80 mg) y B (vardenafilo 20 mg más
ginkgo biloba 80 mg). A cada hombre se le aprovisionó la dosis
del IPDE-5. El tadalafilo se suministró desde 30 minutos hasta
12 horas antes de la actividad sexual. Se recomendó tragar el
comprimido con un vaso de agua, con una pauta de dosificación
de cada 2 días. El vardenafilo se suministró a demanda (30 a
60 minutos antes de la actividad sexual). Se recomendó tragar
el comprimido con un vaso de agua, con una pauta máxima de
dosificación de 1 vez al día y una dosis única diaria de ginkgo
biloba en ambos grupos. Se les sugirió a los participantes tomar
el tadalafilo o vardenafilo con o sin alimentos, pero preferiblemente
no hacerlo después de una comida copiosa o con un alto
contenido en grasas. Los controles se realizaron a los 3, 6, 9, 12,
18, 24, 30 y 36 meses, para un total de 9 controles.
Se evaluó la eficacia terapéutica con el cuestionario de
disfunción eréctil: índice internacional de la función eréctil
(IIEF-5). La frecuencia coital se evaluó con la pregunta: ¿cuántas
veces tuvo relaciones sexuales el mes pasado?” (período de
tiempo definido al entrevistado como el lapso de tiempo entre
los 30 días anteriores). El tiempo de respuesta se midió entre
el momento del estímulo sexual (contacto físico) y la aparición
de la erección. La evaluación del porcentaje de satisfacción de
la mejoría de la disfunción se evaluó mediante el diseño de una
tabla que hacía una evaluación subjetiva de la siguiente manera:
satisfactoria (mejoría >75%), buena (mejoría 50-74%),
regular (mejoría 25-49%) y mala (mejoría <25%).
Análisis estadístico
Todos los datos se almacenaron en una tabla de Excel y se
tabularon con el mismo programa. Los datos fueron analizados
con el programa estadístico SPSS versión 12.0 para Windows.
Las variables cuantitativas se presentan como variables continuas
mediante medidas de tendencia central y dispersión. Las
variables categóricas (frecuencias y proporciones) y continuas
(media, desviación estándar [DS]). La comparabilidad inicial
entre los dos grupos de estudio se realizó con pruebas paramétricas
(distribución t Student) para variables continuas y
pruebas no paramétricas (χ2) para variables categóricas. Nivel
de significación p ≤0,05. Los medicamentos fueron proporcionados por el
autor principal, asegurándose de un adecuado
suministro a cada paciente.
Aspectos éticos
La investigación cumplió los requisitos para la investigación en
humanos según la Declaración de Helsinki y la Resolución 8430 de 1993
del Ministerio de Salud de Colombia.
Resultados
Se seleccionaron 56 hombres, de los cuales 28 fueron asignados al grupo
A y 28 al grupo B. Durante el seguimiento, 6
participantes del grupo A y 5 del grupo B necesitaron otro tipo
de tratamiento antihipertensivo o ajustar la terapia hipoglucemiante,
por lo que se retiraron del estudio; al final se aplicaron
45 cuestionarios (22 en el grupo A y 23 en el grupo B).
Los participantes de ambos grupos no mostraron diferencias
significativas entre sí, ni en cuanto a los factores de riesgo.
Las características sociodemográficas de la población de hombres
estudiados reportaron que la edad promedio fue de 57,6
(DS ± 8,4) años y 58,2 (DS ± 7,8) años para cada grupo,
respectivamente, rango entre 18 y 72 años (p = 0,21). La mayoría eran
hispánicos (55,55%). El 80% estaba casado o en unión libre. El
84,44% profesaba la religión católica. Se encontró educación secundaria
en el 57,77% y el 20% contaba con título universitario.
Respecto al estrato socioeconómico de la población se observó
que el 86,66% era de estrato alto. El 64,44% era trabajador
independiente, el 95,55% pertenecía al régimen contributivo de
seguridad social en salud y el 73,33% residía en el área urbana.
En la
tabla 1 se detallan las
características sociodemográficas,
las condiciones del inicio y las otras variables de control, las
cuales fueron similares en ambos grupos.
Tabla 1. Características sociodemográficas y otras variables de
control
El 33,33% era fumador habitual, mientras que 62,22% se
declaró como exfumador. El 44,44% consumía alcohol. La prevalencia de
sedentarismo en la población total fue del 91,11%.
Una alta proporción de los hombres utilizaba un IPDE-5 automedicado
(68,88%), con predominio del sildenafilo de 50 mg
a demanda (58,06%). El 62,22% manifestó no utilizar el preservativo por
temor a perder o no lograr la erección. El 24,44%
afirmó nunca haber utilizado el preservativo. El 71,11% se
mostró insatisfecho con el tamaño y grosor del pene.
El número de parejas sexuales reportó una mediana de 15,
con un rango entre 1 y 27. El 51,11% refirió más de 10 años de
tiempo de convivencia en pareja; e 62,22% manifestó que la
pareja presentaba alguna disfunción sexual; el 13,33% refirió
que la pareja le había sido infiel; el 86,66% afirmó haber sido
infiel por lo menos en una ocasión, mientras el 73,33% expresó serlo
con frecuencia. La orientación sexual es predominantemente heterosexual
(93,33%). En relación con el inicio de la
actividad sexual, la edad promedio es de 15,6 años (DS ± 2,4).
La práctica sexual más frecuente es el coito vaginal (100%) y
la menos frecuente el coito anal (15,55%). La masturbación
es considerada una práctica poco común en el 75,55% de los
hombres tratados.
A la pregunta ¿cuántas veces tuvo relaciones sexuales el
mes pasado? (período de tiempo definido al entrevistado como
el lapso de tiempo entre los 30 días anteriores), el 53,33% del
total de la población estudiada informó tener relaciones coitales 4
veces por mes; de estos, el 70,83% lo hace una vez por
encuentro y el 29,16% lo hace dos veces por encuentro, aunque con
dificultad para la erección. El 11,11% de los hombres
informó haber sufrido alguna forma de violencia por parte de
la pareja debido a su problema de erección.
La puntuación del IIEF-5 en la población global del total de
los 45 hombres fue de 11,49 puntos, siendo el puntaje mayor
de 14,28 puntos y el mínimo de 6,24 puntos, con una desviación estándar
de ± 3,57 puntos. En el grupo A, el puntaje del
IIEF-5 inicial fue de 9,63 ± 1,26 puntos y en el grupo B de 10,35
± 1,59 puntos (p = 0,324). En el grupo A, la frecuencia coital
mostró una mediana de 2 encuentros sexuales por mes (rango
entre 1 y 5) y en el grupo B de 2 encuentros sexuales por mes
(rango entre 1 y 4) (p = 0,0258).
Al ingreso, a la pregunta acerca de la frecuencia para alcanzar la
erección el 8,88% afirmó que la lograba “siempre” con
ayuda farmacológica, el 15,55% dijo que “frecuentemente”
(3/5) lograban la erección con medicación y el 68,88% refirió
“ocasionalmente” (1-2/5) a pesar de las circunstancias favorables y uso
de medicación. El 4,44% de los hombres refirió haber
asistido a una consulta de sexología; todos afirmaron haber recibido
tratamiento farmacológico, sin otro tipo de intervención.
A los 3 meses de seguimiento, los hombres de ambos
grupos presentaron mejoras en la puntuación del IIEF-5. En
el grupo A, el puntaje del IIEF-5 fue de 17,04 ± 1,05 puntos,
mientras en el grupo B fue de 13,26 ± 1,02 puntos (p = 0,01).
La frecuencia coital mostró una mediana de 4 encuentros sexuales por
mes (rango entre 2 y 8) en el grupo A y de 3 encuentros sexuales por
mes (rango entre 1 y 6) en el grupo B, siendo
estadísticamente significativo (p >0,045) (
tablas 2 y 3). En el
tiempo de respuesta, el grupo de tadalafilo reportó menores
tiempos (37,14 ± 8,25 minutos mientras vardenafilo arrojó
49,62 ± 10,29 minutos; p = 0,018); así como en la aparición
de efectos adversos, los cuales fueron menores en el grupo del
tadalafilo (25,38 ± 3,42% vs. 37,23 ± 4,17%; p = 0,027). El porcentaje
de satisfacción reportó un porcentaje del 77,27% en el
grupo A y 60,86% en el grupo B (p = 0,012).
A los 9 meses se observó un mayor incremento en la puntuación del
IIEF-5 en ambos grupos (A: 19,74 ± 0,6 y B: 16,05
± 0,9); (p = 0,0021). La frecuencia coital arrojó una mediana de
6 encuentros sexuales por mes (rango entre 3 y 9) en el grupo
A y de 4 encuentros sexuales por mes (rango entre 2 y 7) en el
grupo B, siendo estadísticamente significativo (p >0,042) (
tablas 2 y 3). En el tiempo de
respuesta, el grupo de tadalafilo
reportó menores tiempos (32,79 ± 7,32 minutos mientras vardenafilo
mostró 41,79 ± 9,75 minutos; p = 0,015); así como en
la aparición de efectos adversos, siendo menores en el grupo
del tadalafilo (21,9 ± 3,3% vs. 30,6 ± 3,9%; p = 0,027). El porcentaje
de satisfacción reportó 81,81% en el grupo A y 65,21%
en el grupo B (p = 0,015).
A los 18 meses se observó un progresivo incremento en
la puntuación del IIEF-5 en ambos grupos (A: 21,54 ± 0,3 y B:
17,94 ± 0,6); p = 0,0051. La frecuencia coital reportó una mediana de 7
encuentros sexuales por mes (rango entre 4 y 10) en
el grupo A y de 5 encuentros sexuales por mes (rango entre 3
y 8) en el grupo B, con cambios estadísticamente significativos
(p <0,001) (
tablas 2 y 3).
En el tiempo de respuesta, el grupo
de tadalafilo reportó menores tiempos (28,56 ± 6,12 minutos
mientras vardenafilo mostró 37,41 ± 8,31 minutos; p = 0,006);
así como en la aparición de efectos adversos, siendo menores en
el grupo del tadalafilo (19,5 ± 3,6% vs. 29,4 ± 3,3%; p = 0,021).
El porcentaje de satisfacción reportó un porcentaje del 86,36%
en el grupo A y 73,91% en el grupo B (p = 0,018).
A los 36 meses se observó un persistente aumento en la
puntuación del IIEF-5 en ambos grupos (A: 21,78 ± 0,9 y B:
18,57 ± 0,3); p = 0,0012. La frecuencia coital reportó una mediana de 9
encuentros sexuales por mes (rango entre 6 y 12)
en el grupo A y de 6 encuentros sexuales por mes (rango entre
4 y 9) en el grupo B, siendo estadísticamente significativos (p
<0,012) (
tablas 2 y 3). En
el tiempo de respuesta, el grupo
de tadalafilo reportó menores tiempos (26,13 ± 5,49 minutos,
mientras vardenafilo mostró 34,86 ± 7,26 minutos; p = 0,003);
así como en la aparición de efectos adversos, siendo menores
en el grupo del tadalafilo (18,9 ± 2,7% vs. 27,6 ± 3,6%; p =
0,018). El porcentaje de satisfacción reportó ser de 95,45% en
el grupo A y 82,6% en el grupo B (p = 0,021).
El promedio del puntaje en el IIEF-5 antes del inicio del tratamiento
fue de 9,63 ± 1,26 puntos y a los 36 meses de 21,78 ±
0,9 en el grupo que recibió vardenafilo; de 10,35 ± 1,59 al inicio y de
18,57 ± 0,3 a los 36 meses en el grupo que recibió tadalafilo (
tablas 2 y 3), en esta observación,
la diferencia antes
y después de la terapia fue estadísticamente significativa en
relación con el inicio del estudio y entre grupos (p = 0,0001).
La frecuencia coital mensual antes del inicio del tratamiento
reportó una mediana de 2 encuentros sexuales por mes en ambos grupos. A
los 9 meses, el grupo A registró una mediana de 6,
mientras el grupo B registró 4 coitos por mes. A los 18 meses, el
grupo A registró 7 coitos por mes y el grupo B 5. A los 36 meses, el
grupo A reportó una mediana de 9 coitos mensuales, mientras el
grupo B reportó 6 (
tablas 2 y 3).
Se observa que antes y después
de la terapia la diferencia fue estadísticamente significativa en
relación con el inicio de la investigación y entre grupos (p <0,01).
Se encontraron diferencias significativas, entre los dos
grupos en el tiempo de respuesta, que fue mayor en el grupo de
vardenafilo desde el inicio (49,62 ± 10,29 minutos vs.
37,14 ± 8,25 minutos; p = 0,018), manteniéndose así a lo largo
del estudio. Igual sucedió con la aparición de efectos adversos,
los cuales fueron menores en el grupo del tadalafilo desde el
inicio (25,38 ± 3,42% vs. 37,23 ± 4,17%) hasta el final (18,9 ±
2,7% vs. 27,6 ± 3,6%); p = 0,027 (
tablas
2 y 3).
En el porcentaje de satisfacción de la mejoría de la disfunción desde
el inicio del estudio hasta el final se encontró
una diferencia estadísticamente significativa entre los grupos
(grupo A [inicio]: 77,27% vs. grupo B [inicio]: 60,86%; p =
0,003). Al final: grupo A (95,45%) y grupo B (82,6%) p <0,027.
La puntuación final del IIEF-5 en el total de la población de
hombres fue de 20,07 ± 0,9 puntos (rango entre 15,37 y 21,87
puntos). El número de hombres que mejoraron en el IIEF-5 al final del estudio en el grupo A, logrando una puntuación igual
o mayor de 17 puntos, fue de 18 pacientes (81,81%). En el grupo B fue
de 15 pacientes (65,21%), diferencia estadísticamente significativa (p
<0,021).
Se confirmó que la administración de tadalafilo más ginkgo
biloba (grupo A) elevó significativamente el puntaje en el IIEF5 a
partir del tercer mes después del inicio de la combinación,
en comparación con los del grupo B (p <0,001) (
tablas 2 y 3).
Se presentó un aumento mayor del puntaje en el IIEF-5 en el
grupo A de 7,41 puntos a diferencia del grupo B, con un ascenso de 2,91
puntos y una diferencia estadísticamente significativa (p <0,003).
Los hombres con diabetes que ingerían alcohol
o que fumaban mostraron una mayor disminución en el puntaje del IIFE-5
en comparación con los que no ingerían alcohol
o que no fumaban; sin embargo, a pesar de la respectiva diferencia,
esta no fue estadísticamente significativa (p = 0,183).
Los efectos adversos que se presentaron con mayor frecuencia en el
grupo B fueron cefalea, congestión nasal, dispepsia, dolores de
espalda, enrojecimiento y mialgias. La mayor diferencia
radicó en la cefalea, la cual se presentó en el 26,08% del grupo B
y el 4,54% en el grupo A (p <0,006); sin encontrarse diferencias
estadísticamente significativas en los otros efectos adversos.
Tabla 2. Comportamiento de las variables antes y después del
tratamiento con tadalafilo
Tabla 3. Comportamiento de las
variables antes y después del tratamiento con vardenafilo
Al final del estudio no se encontró diferencia estadísticamente
significativa en los niveles de glucemia (grupo A 4,32
± 0,48 mmol/L vs. grupo B, 4,26 ± 0,78 mmol/L) (p = 0,528).
El colesterol y los triglicéridos no mostraron diferencias
significativas entre el inicio y el final del estudio, como tampoco
entre los grupos.
La cifra de HbA1C al ingreso tuvo una media de 7,29 ±
2,46% en el grupo A y 7,74 ± 3,06% en el grupo B (p = 0,096). Al final del estudio se observó un descenso a 6,42 ±1,32% para el
grupo A y 6,57 ± 1,17% para el grupo B, no siendo significativas
las diferencias en ambos grupos. Se encontró una relación negativa en
ambos grupos entre los niveles de HbA1C y en el puntaje
obtenido en el IIFE-5, estadísticamente significativo (p = 0,001).
La PSA inicial fue 3,81 ng/mL y 3,75 ng/mL en los grupos
A y B, respectivamente (p = 0,18); al final del estudio hubo un
descenso hasta 3,27 ng/mL para el grupo A y 3,39 ng/mL para
el grupo B, las diferencias en ambos grupos no son significativas. La
TSH presentó un descenso de 7,2 a 5,4 mIU/L y 7,5 a 5,1
mIU/L en los grupos A y B, respectivamente, no siendo significativa la
diferencia. La PCR-us disminuyó de 4,32 mg/L a 3,66
mg/L en el grupo A y de 4,59 mg/L a 3,52 mg/L en el grupo B,
no siendo significativa la diferencia entre los grupos; y se mantuvo
inferior a 10 mg/L en ambos grupos al final del estudio.
Los niveles séricos de testosterona total promedio en el grupo A
fueron de 579 ± 32,37 ng/dL y 549 ± 22,56 ng/dL en el grupo B
al inicio (p = 0,33), y al final de 582 ± 41,79 ng/dL y 567 ± 52,68
ng/dL, respectivamente, sin diferencia significativa.
En relación con el IMC, el peso corporal siempre fue significativamente
menor en el grupo B (72,9 ± 4,5) respecto al
grupo A (80,4 ± 2,7) a partir de los 12 meses de iniciada la
terapia (p <0,001). El déficit fue de 6,9 y 10% a los 18 y 36
meses, respectivamente, en comparación con el grupo A (p =
0,006). El IMC al final fue diferente entre los grupos, 28,17 ±
2,7 (grupo A) y 24,03 ± 4,2 (grupo B) (p = 0,003).
Con respecto al comportamiento de la presión sistólica,
al comienzo se encontró una presión arterial sistólica basal
promedio de 124,29 mm Hg y una basal al final del estudio
de 120,75 mm Hg. Por su parte, la presión diastólica al inicio
determinó una basal de 72,81 mm Hg y una basal al final de
70,26 mm Hg. La frecuencia cardíaca al inicio registró una basal de
78,42 latidos/min y una basal al final de 75,72 latidos/
min, no siendo estadísticamente significativo (p >0,05).
Los porcentajes de ingesta de alcohol, tabaquismo y sedentarismo
registrados al ingreso del estudio no se mostraron
constantes a lo largo del seguimiento, ya que se encontró una
reducción cercana al 6%, pero no mostró diferencias estadísticamente
significativas al final del estudio.
Discusión
En una sociedad patriarcal, como la nuestra, la disfunción
eréctil ejerce un impacto negativo tanto en la actividad sexual
como en la autoestima, así como en la calidad de vida del individuo, lo
que genera mayor dificultad para relacionarse con
la pareja(23). El diagnóstico de la disfunción eréctil es y será
clínico, siendo relevante conocer los antecedentes médicos y
psicológicos de los hombres y sus parejas(24). La anamnesis
suele identificar los trastornos que generalmente se asocian
con su aparición y el IIFE-5 es, sin lugar a dudas, una excelente
herramienta complementaria(1, 11).
Los resultados de esta investigación son consistentes con
los datos publicados por Reece y colaboradores acerca de que
los inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (tadalafilo y vardenafilo)
favorecen la calidad de las erecciones, mejoran la satisfacción de las
relaciones sexuales coitales y disminuyen la severidad de la disfunción
eréctil que no ha respondido a la terapia
de primera línea con un solo agente(25).
En este estudio, la erección mejoró en el 82,6% de los hombres tratados
con la combinación que incluía vardenafilo, porcentaje similar al 80%
reportado por Goldstein y colaboradores en una población de hombres de
iguales características, en
donde el vardenafilo mejoró estadísticamente la función eréctil y, en
general, fue bien tolerado por los pacientes(26). Nuestros resultados
son concordantes con los presentados por Segraves RT y colaboradores,
donde los hombres mejoraron la
función sexual con 20 mg de tadalafilo al reportar la erección
en el 76% de las ocasiones en los primeros 30 minutos, ya que
en el presente estudio se reportó una erección en el 77,27%
de las ocasiones en los primeros 39 minutos(27). Mejoría
significativamente mayor a la reportada por Sáenz de Tejada y
colaboradores, el cual resalta un 64% con dosis de 20 mg(28).
A pesar de los buenos resultados obtenidos al final del
estudio, donde la satisfacción logró el 95,45% en los hombres del grupo
A y el 82,6% en los hombres del grupo B, lo
que muestra una manifiesta subida en el puntaje del IIFE-5;
lo cierto es que ninguno de los participantes logró alcanzar el
puntaje ≥22 (pasando de una disfunción eréctil severa a una
leve a moderada). No obstante, es significativo el incremento
de la puntuación final del IIEF-5 en el total de la población de
hombres (20,07 ± 0,9 puntos) frente a la puntuación del inicio
(11,49 puntos).
En relación con la frecuencia de las relaciones sexuales, en
el grupo A se evidenció un incremento de la mediana al inicio
de 2 coitos por mes a 9 al final, mientras que el grupo B pasó
de 2 a 6 (p <0,01). En general, los hombres del grupo A manifestaron
mayor satisfacción que los del grupo B con el resultado de la
combinación, alentados, además, por los menores
efectos adversos, diferencias que al obtener un p = 0,027 son
estadísticamente significativas, tal como lo describieron Giuliano y
colaboradores(29).
Una ventaja a resaltar del tadalafilo es que su eficacia puede
extenderse 24 a 36 horasdespués de la ingesta, lo cual favorece
la satisfacción debido a su farmacocinética (larga vida media de
17,5 a 22,5 horas), muy superior a la del vardenafilo (4 a 5 horas),
con una pauta máxima de dosificación de 1 vez al día(30-34). Esto
favorece la espontaneidad de la actividad coital en horas postreras
a su administración y facilita asumir la relación sexual con natural
espontaneidad y libre de presiones psicológicas que influyan
negativamente en el desempeño sexual del individuo, esto también
facilita a la pareja una ventana abierta para la relación con éxito
en cualquier momento, lo cual se constituye en un beneficio
adicional(35). A diferencia del vardenafilo, el tadalafilo no ve
alterada
su absorción con los alimentos ni con el alcohol, por tanto, no se
afecta su inicio de acción farmacológica, por lo que se logra sostener
la efectividad terapéutica demostrada en este estudio(14).
Al tadalafilo se le atribuye un discreto efecto antihipertensivo en los
hombres hipertensos, pero nosotros no vimos esa
influencia en el grupo A, a pesar de la combinación con ginkgo
biloba(36). En esta investigación se evidencia una significativa
mejoría en el puntaje del IIFE-5 en grupo del tadalafilo, con
diferencias estadísticamente significativas en cuanto al tiempo
de respuesta de aparición de la erección y respecto a la tolerancia del
tratamiento por períodos largos, sin encontrarse un
incremento significativo de los costos.
Los efectos adversos se presentaron con mayor frecuencia
en el grupo B, siendo la cefalea el más comúnmente informada,
tal como lo reportan otros estudios, lo que prueba que ambos
fármacos son bien tolerados (27, 37). En ambos grupos se notó
una significativa tendencia a alcanzar los valores normales de
los parámetros bioquímicos, lo que se explica en el proceso
de intervención, puesto que se les educaba en cada consulta
acerca de la relevancia de alcanzar las metas. Se reforzaban los
hábitos de vida saludables y la importancia de seguir la actividad
física. Estos cambios se correlacionaron con logros representativos en
la pérdida de peso, así como en el abandono o
merma en el tabaquismo y el alcohol.
El estudio tiene limitaciones por el pequeño tamaño de la
muestra y porque se realizó en un solo centro de sexología,
lo cual genera dudas en la posibilidad de extrapolar los resultados a
la población general. Entre las fortalezas del estudio
se destaca que es la primera investigación realizada en el país
con esta combinación (dos inhibidores de la fosfodiesterasa 5
combinados con ginkgo biloba) en hombres con enfermedades crónicas, que
puede ser utilizada en una población de similares características.
Se deja como valor agregado del estudio la posibilidad de
realizar una investigación que evalúe un solo fármaco inhibidor de la
fosfodiesteras
Conclusiones
La combinación de tadalafilo más ginkgo biloba tiene
mayor eficacia terapéutica sobre la mejora en la puntuación
del IIEF-5 que la combinación vardenafilo más ginkgo biloba.
El efecto de la combinación para mejorar el puntaje del IIEF-5
se presenta de manera gradual en el transcurso de los 3 primeros meses
de tratamiento. Los inhibidores de la 5-fosfodiesterasa han mejorado
radicalmente la terapia de la disfunción
eréctil. Su eficacia ha sido demostrada en todo tipo de hombres. Su
eficacia y adecuada tolerabilidad, con escasos y transitorios efectos
secundarios, le han dado pauta como primera
opción de tratamiento por encima de las otras alternativas.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Financiamiento
Los autores no reciben ningún patrocinio para llevar a
cabo este estudio.
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