1
Ginecología y Obstetricia, Universidad Militar Nueva Granada.
Uroginecología/FUCS - Hospital de San José/Unicamp, Brasil.
Máster en Sexología: educación y asesoramiento sexual. Universidad
de Alcalá de Henares. Servicio de Ginecología y Medicina Materno
Fetal, Clínica La Sagrada Familia, Armenia, Colombia.
2
Medicina Interna, Universidad El Bosque, Fundación Santa Fe,
Bogotá, Colombia.
Fecha
de recepción: 02/03/2019
Fecha de
aceptación: 02/05/2019
Resumen
Introducción: la deficiencia de
vitamina D disminuye la
absorción de calcio en la dieta; por tanto, el cuerpo se ve obligado a
utilizar el calcio del esqueleto, lo que puede debilitar
los huesos. De este modo, las mujeres posmenopáusicas con
bajos niveles de vitamina D tienen mayor riesgo de fracturas
osteoporóticas.
Objetivos: determinar la
prevalencia del déficit de vitamina D en mujeres posmenopáusicas en
Armenia (Quindío).
Materiales y métodos: estudio
observacional, descriptivo, de corte transversal, en un centro de
atención de la ciudad
de Armenia, realizado entre octubre de 2012 y septiembre de
2018. Se incluyó una población de 537 mujeres posmenopáusicas atendidas
en la consulta de menopausia y climaterio,
mayores de 40 años, con diagnóstico de menopausia; las que
fueron elegidas por muestreo aleatorio simple. Se excluyeron
mujeres con menopausia iatrogénica, bajo tratamiento con
anticoagulantes (heparina), anticonvulsivos (fenitoína, fenobarbital),
antecedente de cáncer, antecedente de fracturas en el
último año y las que no quisieron participar. Se les determinó
la concentración plasmática de 25(OH)D3 mediante cromatografía líquida
de alta resolución. Se definió la deficiencia con
rangos de 25(OH)D3 <20 ng/mL e insuficiencia 20-29,9 ng/
mL. Se evaluaron variables sociodemográficas, de salud sexual
y reproductiva antecedentes, antecedentes patológicos personales y
variables de los estilos de vida. La información recolectada fue
descrita y analizada mediante técnicas estadísticas
convencionales, con análisis estratificado según variables.
Resultados: la edad promedio
fue de 53,7 ± 8,7 años (rango 42 a 78). La concentración media de
25(OH)D3 en la población total fue de 32,45 ± 15,87 ng/mL (rango
7,53-80,41).
La prevalencia de déficit de vitamina D en el grupo estudiado
estuvo presente en el 73,92% (n = 397) de las mujeres, las cuales
registraron valores inferiores a 30 ng/mL, reportando una
prevalencia de insuficiencia del 40,78% (n = 219) y deficiencia
del 33,14% (n = 178). El déficit aumentó en las mujeres de mayor edad
(77,57% en las mayores de 70 años).
Conclusiones: en la ciudad de
Armenia, aproximadamente, tres cuartas partes de las mujeres
posmenopáusicas
presentan niveles de vitamina D dentro de los parámetros establecidos
para deficiencia o insuficiencia. Se hace necesario
mejorar la eficiencia y el impacto de los programas de suplementación
con vitamina D en este grupo poblacional.
Palabras clave: avitaminosis,
deficiencia de vitamina D,
posmenopausia, mujeres, prevalencia.
Abstract
Introduction: Vitamin D deficiency decreases calcium
absorption in the diet; Therefore, the body is forced to use skeletal
calcium, which can weaken the bones. Thus, postmenopausal
women with low levels of vitamin D have a higher risk of osteoporotic
fractures.
Objectives: To determine the prevalence of vitamin D
deficiency in postmenopausal women in Armenia (Quindío).
Materials and
methods: observational,
descriptive, crosssectional study in a center of the city of Armenia,
carried out
between October 2012 and September 2018. A population of 537
postmenopausal women attended in the menopause and climacteric
consultation, older than 40, was included years, with a diagnosis of
menopause; those that were chosen by simple random sampling. Women with
iatrogenic menopause, under treatment
with anticoagulants (heparin), anticonvulsants (phenytoin,
phenobarbital), history of cancer, history of fractures in the last
year
and those who did not want to participate were excluded. The
plasma concentration of 25 (OH) D3 was determined by high
performance liquid chromatography. Deficiency was defined with
ranges of 25 (OH) D3 <20 ng/mL and insufficiency 20-29.9 ng/
mL. Sociodemographic variables, sexual and reproductive health
antecedents, personal pathological antecedents and lifestyle variables
were evaluated. The information collected was described
and analyzed using conventional statistical techniques, with stratified
analysis according to variables.
Results: the average age was 53.7 ± 8.7 years
(range 42 to
78). The average concentration, in the total population, of 25
(OH) D3, was 32.45 ± 15.87 ng/mL (range 7.53-80.41). The
prevalence of vitamin D deficit, in the study group, was present
in 73.92% (n = 397) of the women, who recorded values below
30 ng/mL, reporting a prevalence of insufficiency of 40.78% (n
= 219) and 33.14% deficiency (n = 178). The deficit increased in
older women (77.57% in those over 70).
Conclusions: In the city of Armenia, approximately
three
quarters of postmenopausal women have vitamin D levels
within the established parameters for deficiency or insufficiency.
It is necessary to improve the efficiency and impact of vitamin D
supplementation programs in this population group.
Key
words: avitaminosis, vitamin D deficiency, postmenopause, women,
prevalence.
Introducción
La vitamina D se agrupa en la familia de las vitaminas liposolubles,
aunque es considerada como una hormona, debido a
que su metabolismo se produce a través de la síntesis cutánea
inducida por la radiación ultravioleta en la piel, mientras que
la absorción –mediante la nutrición y los suplementos– desempeña un
papel menor; es por esto por lo que se le conoce
como la
vitamina del sol(1,
2). La síntesis cutánea representa alrededor del 90% del total de
vitamina D en plasma, mientras
que la ingesta oral (dieta y suplementos) protagoniza apenas
un discreto 10%(3, 4).
La vitamina D es esencial e indispensable para la homeostasis del
calcio y fósforo, pero su déficit se ha relacionado con
un mayor riesgo de hipertensión, asma, diabetes, síndrome
metabólico, cáncer (colon, mama, ovario y próstata), enfermedades
autoinmunes e infecciosas, entre otras(5-7). A la fecha, la
literatura existente concluye que el déficit de vitamina D es un
problema global, lo cual acarrea consecuencias importantes
en la población, ya que no solo afecta la salud ósea(8).
El creciente aumento en la esperanza de vida, ha incrementado, de forma
exponencial, las fracturas osteoporóticas.
Se prevé que el número de fracturas de cadera, en todo el mundo,
superará los 6 millones para el año 2050(1, 9). La deficiencia
de vitamina D disminuye la absorción de calcio en la dieta, por
lo que el cuerpo utiliza el calcio del esqueleto, lo cual puede
debilitar los huesos, de este modo las mujeres posmenopáusicas -con
bajos niveles de vitamina D- tienen mayor riesgo de
fracturas osteoporóticas(10, 11).
La deficiencia de vitamina D (hipovitaminosis D), se diagnostica
mediante la medición de la concentración, en sangre,
del compuesto 25-hidroxivitamina D [25(OH)D] (calcidiol), el
cual es un biomarcador que incluye la cantidad total de dos
metabolitos de la vitamina D (25-hidroxivitamina D3[25(OH)
D3] y 25-hidroxivitamina D2 [25(OH)D2]), presentes en la circulación;
además de ser un precursor de la forma activa de la
vitamina D [(1,25-dihidroxivitamina D/(calcitriol)](12).
La 25(OH)D refleja la vitamina D producida en la piel, así
como la adquirida en la dieta y tiene una vida media en circulación fluctuante entre 2 y 3 semanas, lo cual la hace más
inequívoca(13).
La concentración plasmática de 25(OH)D3 cuantificada
mediante cromatografía líquida de alta resolución, a la fecha,
se considera el método más recomendado para la medición del
estado de la vitamina D, debido a su mayor sensibilidad, exactitud y
precisión(14,15). La cuantificación de las concentraciones
séricas de 25(OH)D3, de acuerdo con las recomendaciones de
la Endocrine Society(9), facilita la clasificación de los niveles de
vitamina D en suficiencia (>30 ng/mL), insuficiencia (entre
20-20,9 ng/mL) o deficiencia (<20 ng/mL) (tabla 1)(16-18).
La determinación de los niveles de vitamina D en la población de
mujeres posmenopáusicas de un país es necesaria, ya
que puede tener importantes implicaciones para la salud general, sobre
todo al conocerse sus acciones extraesqueléticas.
Puesto que el déficit de vitamina D es prevenible, hace
falta mayor conciencia para instituir programas de salud pública que
garanticen una nutrición y suplencia adecuadas, en
especial entre las mujeres posmenopáusicas, ya que es conocido su rol
en el metabolismo óseo y su asociación con la osteoporosis, así como de
la reducción de fracturas(9,18) en este
grupo poblacional.
Tabla 1. Características clinicopatológicas de casos de CS
estudiados
A sabiendas de que existe suficiente información publicada sobre el
importante papel que desempeña la vitamina D,
no solo para garantizar la salud ósea, sino también acerca de
sus otros beneficios(5,9,18), el presente estudio busca estimar
la prevalencia del déficit de vitamina D en mujeres posmenopáusicas de
Armenia (Quindío, Colombia), a fin de ayudar a
evaluar el nivel de riesgo al que están expuestas, así como de
encontrar una forma adecuada de prevenirla o de tratarla.
Diseño y población
Estudio observacional, descriptivo de corte transversal. La
población base estuvo conformada por las mujeres atendidas
en un centro de atención de la ciudad de Armenia, en el período
comprendido entre el 1 de octubre de 2012 al 30 septiembre de 2018. El
estudio se realizó en una institución prestadora de servicios (IPS) de
naturaleza privada, la cual ofrece
servicios de atención de alta complejidad. Este centro recibe
pacientes provenientes de los departamentos del Quindío, Risaralda,
Caldas y Valle del Cauca en el Eje Cafetero de Colombia
(ubicado en el centro del país). Debido a que la ubicación de la
ciudad de Armenia es cercana a la línea ecuatorial, se esperan
niveles suficientes de vitamina D, ya que es usual que las personas
estén expuestas al sol sin protección.
Se incluyeron mujeres mayores de 40 años posmenopáusicas, que hacen
parte del programa de menopausia y climaterio
–liderado por el autor de la investigación–, las que voluntariamente
aceptaron participar en el estudio. Se excluyeron mujeres con
menopausia iatrogénica, en tratamiento con anticoagulantes (heparina),
anticonvulsivos (fenitoína, fenobarbital),
antecedente de cáncer, antecedente de fracturas en el último
año y las que no quisieron participar.
Se tomó una muestra intencionada de 537 mujeres por
muestreo consecutivo, elegidas de forma aleatoria simple de
una población de 1927 pacientes, correspondiendo al 27,86%
del total de la población disponible.
Procedimiento
A cada mujer participante, candidata a ingresar, se le explicaron los
objetivos de la investigación y se la invitó a concurrir; en caso
afirmativo, se procedió a la firma de un consentimiento informado.
Previa inducción, del personal de la
clínica, sobre la modalidad de recolección de datos, se puso
a disposición del grupo –integrante del estudio–, un material
impreso para el registro y asiento de la información. El personal de
apoyo, en nuestro grupo de investigación, colaboró con
el proceso de muestreo, el envío de especímenes al laboratorio
y el tratamiento confidencial de los datos.
Se obtuvieron muestras de sangre venosa periférica y se
determinó la concentración plasmática de 25(OH)D3, mediante
cromatografía líquida de alta resolución. Se definió
la deficiencia con rangos de 25(OH)D3 <20 ng/mL e insuficiencia
>20-<30 ng/mL(1, 2). Una vez obtenidos los datos,
estos fueron tabulados para su análisis ulterior. A fin de garantizar
la calidad de la información, se efectuó revisión por
pares externos.
Variables medidas
Variables sociodemográficas (edad, escolaridad, estado civil, nivel
socioeconómico, raza, ocupación, afiliación al sistema
general de seguridad social en salud y área de residencia); variables
de salud sexual y reproductiva (edad de la menarquia
y la menopausia, tiempo de la menopausia y paridad); antecedentes
patológicos personales (consumo de terapia hormonal
de reemplazo); variables de comportamiento sexual (orientación sexual,
edad de la primera relación sexual, frecuencia
promedio de relaciones sexuales mensuales, número de parejas sexuales,
tiempo de convivencia en pareja, antecedente de
abuso sexual o violencia sexual en el matrimonio) y variables
de los estilos de vida (índice de masa corporal, tabaquismo,
ingesta de alcohol y actividad física/sedentarismo); adicionalmente, se
consideró el análisis por subgrupos de edad, para
hacer una comparación final de las concentraciones de 25(OH)
D3 en las mujeres.
Análisis estadístico
Para el manejo de los datos se utilizó Epi-Info 7®. Las variables
continuas se expresaron con media y desviación estándar
o mediana y rango según normalidad. Las variables categóricas se
expresaron con proporciones.
Aspectos éticos
El protocolo de estudio fue aprobado por el Comité de
Ética de la clínica. Todas las participantes firmaron un consentimiento
informado. Se garantizó la confidencialidad de la
información.
Resultados
En el período transcurrido entre el 1 de octubre de 2012 y
el 30 septiembre de 2018 consultaron un total de 1927 mujeres
en posmenopausia, potencialmente candidatas a formar parte
del estudio. De este universo, 537 (81,61%) otorgaron su consentimiento
para la participación en el estudio (
figura
1).
La edad promedio fue de 53,7 ± 8,7 años, con un rango entre 42 y 78. El
69,27% (n = 372) del total de la población, era
menor de 70 años. En la
tabla 2
se presentan en detalle las
características sociodemográficas.
Los antecedentes de salud sexual y reproductiva mostraron
una mediana de 6 embarazos (rango entre 0 y 15), la paridad registró
una mediana de 4 hijos (rango entre 0 y 9 hijos). La edad promedio de
la menarquia fue de 14,9 ± 1,5 años. El rango de tiempo
de la última menstruación al momento de la prueba fue de 3 a 18
años (mediana de 9 años). Se evidenció que el 78,02% (n = 419) era
sexualmente activa, con una mediana de 3 encuentros sexuales
al mes. El número de parejas sexuales reportó una mediana de 6
(rango entre 0 y 21). El 25,69% (n = 138) afirmó más de 10 años de
convivencia en pareja. La orientación sexual es predominantemente
heterosexual (92,92%) y la edad de inicio de la actividad sexual
fue de 16,5 ± 2,4 años. El 9,68% de las mujeres informó haber sufrido
alguna forma de violencia sexual a lo largo de la vida, mientras
que el 7,07% reportó abuso sexual por parte de la pareja.
Figura 1. Procedimiento para la inclusión de las mujeres
posmenopáusicas al estudio
De las 537 participantes, 193 (35,94%) reportaron depresión, 185
(34,45%) estaban en control de HTA, 155 (28,86%)
de hipertrigliceridemia, 103 (19,18%) de hipercolesterolemia,
59 (10,98%) de diabetes y 26 (4,84%) de hipotiroidismo. El
59,96% (n = 322) afirmó tomar de 1 a 3 medicamentos y el
34,82% (n = 187) tomaba más de 4 medicamentos para tratar sus
enfermedades crónicas. El uso de terapia hormonal de
reemplazo se encontró en el 23,64% (n = 127) de las mujeres
mayores de 40 años y menores de 60 años. El tiempo medio de
ingesta de la terapia hormonal fue 3,5 ± 1,3 años.
El promedio del índice de masa corporal (IMC) del total
de la muestra fue de 27,79 ± 4,25 kg/m
2 (rango entre 17,53 y
32,74). La mayor proporción de mujeres presentaba sobrepeso 60,33% (n =
324). El sedentarismo se observó en el 67,97%
(n = 365) de las participantes. El 21,97% (n = 118) se declaró
exfumadora. El consumo de vitamina D como suplemento se
encontró en el 28,49% (n = 153) de la población total.
La prevalencia del déficit de vitamina D fue de 73,92% (n
= 397), caracterizándose por insuficiencia (40,78%, n = 219),
mientras la deficiencia fue del 33,14% (n = 178) del total de la
muestra (
tabla 3). El déficit
aumentó en las mujeres de mayor
edad (77,57% en las mayores de 70 años).
Tabla 2. Características
sociodemográficas en mujeres
posmenopáusicas de Armenia con déficit de vitamina D
Tabla 3. Concentraciones de 25(OH)D3 en mujeres posmenopáusicas de
Armenia
La concentración media de la 25(OH)D3 en las 537 participantes fue de
32,45±15,87 ng/mL (rango 7,53-80,41). Los niveles medios fueron de
29,53 ± 8,91 ng/mL en las mujeres con
insuficiencia y de 18,64 ± 7,32 ng/mL en las que presentaron
deficiencia. El 13,78% de las mujeres reportó niveles 25(OH)
D3 considerados como deseables (>40 ng/mL), de las cuales
25 (4,65%) eran indígenas.
Es destacable que, entre las mujeres con deficiencia, el
25,71% (n = 27) presentó valores de 25(OH)D3 <10 ng/mL,
lo que representa riesgo para osteomalacia; esto correspondió
al 5,02% de la población total. La media de la 25(OH)D3 en la
población de mujeres con valores óptimos, fue de 38,52 ± 7,16
ng/mL (rango entre 34,79 y 138,25). No se registró ningún valor mayor
de 150 ng/mL.
En las mujeres que recibían suplemento de vitamina D, se
registró una media en la ingesta de 479,3 ± 86,5 UI/día (rango:
372-600), mientras la suplementación de calcio reportó una
media de 407,5 ± 92,6 mg/día (rango entre 200 y 1200). En
cuanto a la exposición solar, el 20,67% (n = 111) de las mujeres
reportó no exponerse más de 10 minutos al día a los rayos
del sol.
Discusión
En esta investigación se pretende establecer una aproximación de la
prevalencia del déficit de vitamina D, en mujeres
posmenopáusicas de Armenia (Quindío, Colombia). Se encontró
una prevalencia del 73,92%, caracterizándose así: insuficiencia
(40,78%) y deficiencia (33,14%) del total de la muestra. La media de la
25(OH)D3, en la población total, fue de 32,45 ± 15,87
ng/mL (rango 7,53-80,41). Los niveles medios fueron de 29,53
± 8,91 ng/mL en las mujeres con insuficiencia y de 18,64 ± 7,32
ng/mL en las que presentaron deficiencia. El 5,02% de la población
total reportó niveles con riesgo para osteomalacia.
En relación con el déficit de vitamina D, el cual es de aproximadamente
un billón de personas a nivel mundial, con una
prevalencia variable entre el 2% y 90% –dependiendo del
punto de corte usado, así como de la población seleccionada(1,
17)–; en el presente estudio encontramos una prevalencia cercana a las
¾ partes de la población evaluada, lo cual pone en
consideración el elevado riesgo al que están expuestas las mujeres en
la posmenopausia, así como de la necesidad de mejorar los programas de
suplementación con vitamina D.
En relación con otras publicaciones de Latinoamérica, sobre
el déficit de vitamina D, nuestros resultados muestran cifras
superiores a las reportadas en Argentina, donde se informó una
prevalencia de déficit de vitamina D de hasta 65%, entre más de
500 mujeres posmenopáusicas, casi el doble a lo reportado por
el estudio NHANES III en mujeres mayores de 40 años (40%)
(19-22). Sin embargo, la prevalencia es similar a lo publicado por
Bandeira y colaboradores en Brasil, el cual registró hasta 70%,
lo cual una vez más pone de relieve la inminente necesidad de
caracterizar a las poblaciones del continente(23).
Respecto a los niveles de 25(OH)D3, las medias reportadas
en este estudio, muestran valores superiores a los informados
en Chile por González y colaboradores, el cual menciona que
casi la mitad (48%) tenía niveles séricos de 25(OH)D3 <17 ng/
mL y el 60% era <20 ng/mL(24). En Colombia se conoce investigaciones
realizadas en diferentes altitudes, entre ellas la de Díaz
y colaboradores, el cual encontró en Bogotá una prevalencia
de déficit de vitamina D variable entre el 81% y 89%, mientras
que González y colaboradores, también en Bogotá, reportaron
una prevalencia del 69,5%(25,26). En Medellín, Molina y colaboradores
revelaron una prevalencia del 77,1%(27). Por su parte,
en Cali, Navarro y colaboradores registraron una prevalencia
del 55,3%(28). Las diferencias en estos informes pueden ser resultado
del consumo de una dieta no equilibrada unido a una
inadecuada exposición solar y, en menor proporción, de trastornos que
limiten su absorción, como la conversión de vitamina
D en metabolitos activos, e inusualmente de algunos trastornos
hereditarios.
Si nos ceñimos a las guías actuales, respecto a la suplementación de
vitamina D, se recomendaría su administración para
alcanzar concentraciones mayores de 20 ng/mL a fin de disminuir los
desenlaces negativos en el sistema óseo o mayores
de 30 ng/mL para mantener los efectos pleiotrópicos de la vitamina
D(29, 30). A partir de los resultados de esta investigación,
se hace necesario identificar a las pacientes vulnerables, con el fin de realizar prevención y ofrecer un tratamiento activo. Es
importante insistir en la adecuada adherencia a las guías, para
fortalecer la atención de las mujeres posmenopáusicas en riesgo de
déficit de vitamina D, y hacer un adecuado seguimiento,
una vez instaurada la suplencia o la terapia.
En cuanto a las debilidades del presente estudio, se entiende que, con
la realización de un muestreo no probabilístico,
es posible el riesgo de sesgos de selección, lo que no permite
evaluar objetivamente la precisión de los resultados, y que los
hallazgos no sean extrapolables a la población general. Como
fortalezas se debe tener en cuenta la metodología para la estimación de
los niveles de 25(OH)D3, así como el número signi- ficativo de la muestra y que ofrece buenas estimaciones de las
características sociodemográficas de la población.
Conclusión
El déficit de vitamina D, en mujeres posmenopáusicas de
Armenia (Quindío, Colombia), tiene una amplia prevalencia;
aproximadamente las ¾ partes de estas mujeres, presentan
niveles de vitamina D, entre los parámetros establecidos para
deficiencia o insuficiencia.
Ante la falta de evidencia de desenlace clínico del déficit de
vitamina D en mujeres posmenopáusicas de Armenia, se recomienda llevar
a cabo un estudio al respecto en esta población,
ya que podría ser urgente la suplementación con vitamina D,
en particular en aquellas con alto riesgo de fractura.
Establecer medidas de prevención, tanto primarias como
secundarias, es una recomendación inmediata a implementarse de forma
activa en la población de mujeres posmenopáusicas de Armenia; por
tanto, se sugiere mejorar la eficiencia e
impacto de los programas de suplementación con vitamina D
en este grupo poblacional.
Agradecimientos
Agradezco a las mujeres participantes en este estudio y a
mi admirable maestro y amigo, el doctor David Vásquez Awad,
por contagiarme su estupendo positivismo.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Financiación
El estudio fue financiado con recursos propios del autor
principal.
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