La enfermedad de Graves (EG) es una de las patologías más
interesantes que competen al endocrinólogo. Siempre consideré que la
orbitopatía (OG) era una rueda suelta en el manejo de la EG (además del
más raro mixedema pretibial), y parecía
que los oftalmólogos tampoco estaban muy familiarizados con
ella. Algunos insistían en usar los epónimos de sus signos oculares,
lo que nunca me pude aprender, y parece que ya se ha olvidado.
Los signos oculares aparecen aproximadamente en 1 de
cada 4 pacientes, y cuando esto ocurre (además de encaminar
al médico hacia el diagnóstico), generalmente son de naturaleza leve.
Las OG moderadas y severas afortunadamente son
menos frecuentes; el artículo de Gómez y colaboradores (1)
nos actualiza en tan difícil tema.
La preferencia del endocrinólogo sobre el tratamiento de la
EG ha variado a través del tiempo. La tiroidectomía fue la primera
en desacreditarse porque, como se hacían subtotales, permitían la
recurrencia del remanente tiroideo. Los antitiroideos, al principio
muy de moda, empezaron a ser menos utilizados por el alto porcentaje de
recurrencia. Algún autor recomendaba el uso concomitante de
triyodotironina para disminuir los relapsos; sin embargo,
el yodo radiactivo (I-131) empezó a posicionarse de primeras por
su alta eficacia en la prevención de recurrencias, aunque había
que manejar el hipotiroidismo de manera constante.
En cuanto a la OG y el manejo de la EG, se hablaba de usar
métodos menos radicales (como el I-131 o la tiroidectomía)
para intentar prevenirla. La revisión sistemática de Gómez y
colaboradores (1) concluye de manera tajante que no se debe usar
la radioyodoterapia en casos de OG moderada a severa, y en su
lugar deben utilizarse tionamidas (a largo plazo después de la
primera recurrencia) o debe realizarse una tiroidectomía total.
El grupo italiano de Bartalena es uno de los más activos en
la investigación tanto de EG como de OG. De hecho, en 2018 Bartalena
escribe un capítulo sobre las complicaciones de la EG en
el endotext.org: en él es claro su interés en la asociación entre
el tabaquismo y la OG, y se muestra partidario del uso concomitante de
esteroides orales si se usa el yodo radiactivo y de
añadir selenio; además, señala que el tema de la terapia ablativa
frente a la no ablativa continua siendo objeto de debate, y que
los argumentos a favor o en contra tienen que ver con la parte
autoinmune (2, 3). Cabe destacar que la revisión de Gómez aclararía el
dilema prácticamente abandonando de la ablación con
yodo radiactivo en los casos de OG moderada a severa. Según la
literatura, parece que en Europa la OG tuviera una prevalencia
en descenso, al menos en algunas variantes, y que en dicho continente
la EG tuviera características de mayor levedad.
Considero que la OG moderada a severa debe ser manejada
por un grupo multidisciplinario conformado por especialistas
con experiencia en el tema. Ciertamente debe ser referida a centros
mejor dotados para tomar decisiones, y se deben usar inmunosupresores o
hacer tiroidectomías totales. El manejo médico
con esteroides parece obtener mejores resultados en los casos
inflamatorios, mas no en los casos crónicos con tejido cicatricial.
En una época la Asociación Colombiana de Endocrinología
(ACE) solía hacer encuestas entre los endocrinólogos sobre temas
como este. No sé cuánta participación tuvo, pero creo necesario
conocer la experiencia de nuestros colegas en el manejo de la OG.
Atentamente,
Alfredo Jácome Roca
Médico Internista, Endocrinólogo.
Expresidente y Miembro Honorario de
la Asociación
Colombiana de Endocrinología,
Diabetes y Metabolismo.
Referencias
1. Gomez C, Imitola A,
Taboada LB et al. Orbitopatía tiroidea: protocolo de manejo basado en
revisión de la evidencia. Rev Col Endocrinol Diab Metab.
2019;6(3):210-217.
2. Bartalena L. Graves’ Disease: Complications. [acceso 20 de
febrero de 2020]. En: Feingold KR, Anawalt B, Boyce A, et al.,
editores. Endotext [Internet]. South
Dartmouth (MA): MDText.com, Inc.; 2000. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK285551/
3. Rosetti S, Tanda ML, Veronesi G, Masiello E, Premoli P, Gallo D,
et al. Oral steroid prophylaxis for Graves’ orbitopathy after
radioactive iodine treatment for
Graves’ disease is not only effective, but also safe. J Endocrinol
Invest. 2020 Mar;43(3):381-383.